Las reflexiones sobre una vuelta al mundo por Dani  Errántez y María Machado

Contar una vuelta al mundo

Y tú, ¿recuerdas el momento en el que tomaste esa decisión?

MARÍA MACHADO

4/14/2024

Contar una vuelta al mundo, ¿por qué no? Recuerdo perfectamente el instante en el que supe que quería conocer las esquinas más perdidas de los mapas. Tenía 7 años y mi madre me regaló un libro con fotografías y pequeñas entrevistas a niños de todo el mundo. 'Niños como yo', se titulaba (y siento decirte que, si querías despertar en ti este momento de claridad mental igual que hice yo, ya está descatalogado; ¿tanto tiempo ha pasado ya?).

Desde el primer día en el que viajé a través de sus páginas deseé que Thi Lien, la niña de las montañas vietnamitas, fuera mi mejor amiga; me enamoré del pequeño Óscar, habitante de los Andes bolivianos; y soñé que corría junto a la pequeña Ashé por la sabana de Tanzania.

No sé si quedé más fascinada por las fotos y las historias sobre el día a día de estos pequeños vecinos de planeta o por la propia vida de los fotógrafos a los que UNICEF les encargó este proyecto: ¿Se podía trabajar viajando por el mundo haciendo fotografías? Eso pintaba bien...

Ahora, con algunos años más pero con la misma ilusión e inocencia, escribo desde un avión mientras pongo rumbo a este viaje sin billete de vuelta.

Soy una afortunada por tener la oportunidad de cumplir un sueño de niña y adulta. Y me siento muy agradecida por ello. Sin embargo, no todo es suerte. También ha habido esfuerzo mental, económico, familiar e incluso físico (hubo una mudanza de por medio) para tener la valentía de pasar del papel al avión. Por lo tanto, sí, lo reconozco, también me siento orgullosa.

Ha llegado el momento del despegue (en todos los sentidos). En el asiento contiguo dormita un compañero de aventuras del que aprender, al que admirar y con el que compartir: Dani Errántez.

Contar una vuelta al mundo, por supuesto que sí.